domingo, 17 de mayo de 2009

Badajoz o la feria de los libros a granel.


Con los dedos cruzados (aún me acordaba del último viajecito que nos dio Irene), hoy hemos ido de nuevo a comer a Elvas. Esta vez la niña ha estado más tranquila. Así que la çapateira de El Cristo me supo todavía mejor.
Até breve.
Por la tarde, aprovechamos para ir a la feria del libro de Badajoz. Cada año me resulta más decepcionante. El pasado, el ayuntamiento se gastó 180.000 euros en traer a escritores de cartón-piedra como Boris Izaguirre o Sánchez Dragó
; en éste, el grueso del programa lo conforman presentaciones de títulos publicados por editoriales locales (Abecedario o Tecnigraf, por ejemplo). Es decir, que la feria del libro de la ciudad con más habitantes de Extremadura se limita a promocionar autoediciones. Que digo yo que debe de ser ésa la medida de la cultura en nuestra región. A pesar de que jamás en esta tierra ha habido tantos escritores con obras en editoriales de primera fila. Repaso de memoria algunas de esas novedades (lo último de autores como Gonzalo Hidalgo Bayal, Irene Sánchez Carrón, Eugenio Fuentes, Álvaro Valverde o Elías Moro) de las que tendríamos que presumir y a las que creo que realmente habría que conceder espacio en un encuentro literario como es una feria del libro y me digo a mí mismo que cada vez entiendo menos el criterio con el que se hacen ciertas cosas.
Como puntilla, en una de las casetas vendían libros al peso. Todo un símbolo, no hay duda.

La única sorpresa agradable me la proporcionó encontrarme con otra donde se mostraba el catálogo de Del oeste ediciones, pues pensé que quizá tras la muerte de Ángel Campos dejaría de editar. Y, aunque por desgracia la muerte de Ángel no puede remediarse, por lo menos nos queda el consuelo de seguir viendo títulos de la magnífica editorial que él creó con tanto entusiasmo.

2 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo contigo, además de todo eso, la imagen es bastante pobre, da un poco de pena el tratamiento a la cultura que se da en Badajoz.
    Fui ayer, y me pareció un puesto de libros de barrio.
    Mantengamos la esperanza.

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  2. Tengo que reconocer que "llevas más razón que un santo"...que una feria del libro no es un mercadillo donde "hasta se vende libros al peso" obviando lo realmente importante. Siempre hubo lugar para el esperpento y quizás aquí, con perdón del género, se asome el lado oscuro. Es cierto que mi paso por la feria se limitó a un momento de la presentación de "El vuelo de la palabra", esta vez con menos vuelos. Me alegro que Elvas consolara los sentidos, los tuyos y los de tu familia..."o prazer dum bom almoço alentejano é imenso, um perfeito prazer..."
    Até breve amigo. Saudaçoes. Tino

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