domingo, 18 de julio de 2010

Pensión compensatoria

Mi padre y mi madre se separaron unos años antes que yo.

Mi madre se quedó con la casa y los garajes.

Mi padre debe pasarle todos los meses a mi madre una pensión compensatoria.

Mi madre se sacó el carnet de conducir.

Mi madre se compró un coche nuevo.

En la puerta del frigorífico de mi madre hay un montón de imanes que se ha traído como recuerdo de sus viajes.

Mi madre tiene el salón lleno de portarretratos con fotos suyas: en Atenas, en San Petersburgo, en Malta, en Varsovia …

Mi madre ha estado en sitios cuyos nombres ni recuerda.

La especialidad de mi madre son los cruceros por el Mediterráneo.

Mi madre presume de todas las amigas que se ha echado.

Mi madre ha conocido a un señor viudo que la trata como a una reina (dicho por ella).

Mi madre ve a sus nietos una vez cada dos meses.

Más o menos lo mismo que a mí.

Mi madre escucha por las noches música clásica.

Deutsche Grammophon.

En la colección de discos de vinilo que hizo mi padre.

(De Genealogías, en prensa)


2 comentarios:

  1. En los Blogs que visito, la cosa va de Leyes últimamente. Este es uno de esos casos en los que la ley y la Justicia no son exactamente lo mismo. De hecho, nunca son lo mismo.

    No quiero ni imaginar la situación de tu padre (si es que el texto es autobiográfico). Creo que es un debate digno de atención.

    Gracias por poner los ingredientes para la reflexión. Ojalá y te lea mucha gente.

    Un Abrazo, José María.

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  2. Muy bueno, un poema que trasmite, que evoca recuerdos, universal.

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